Imprimir
El año de 1992 debería ser un año de teshuva para los cristianos y particularmente para los cristianos de España. Pero también, al mismo tiempo, un año de alegría. Teshuva de hecho no destruye, sino que libera, gracias a la misericordia del Señor y a la disposición de nuestros hermanos para la reconciliación...”
Celebrando ahora el número 200, con 42 años de historia, que puede parecer un corto periodo, pero lleno de avances y descubrimientos en relación con el judaísmo. Hacemos en este número memoria de tantas personas tan dedicadas y leales que nos precedieran y que hicieron posible nuestro presente: menciono a Sor Esperanza que fue la base de esta gran empresa, tanto por su trabajo como por su visión de futuro; luego fue Sor Ionel con su dilatado trabajo y que sigue hoy día muy de cerca las actividades del Centro.
En estos años que siguieron al Concilio Vaticano II, la Iglesia ha dado grandes pasos, ha producido muchos documentos relacionados con el judaísmo, pero sigue existiendo una gran ignorancia por parte de los cristianos de sus orígenes y de su relación con el judaísmo. Este número 200 marca esta gran historia ya hecha y apunta a la necesidad de mantener el mismo espíritu pionero en los principios de la Circular, destacando la necesidad de concienciación de los cristianos de sus raíces y llamar a la responsabilidad, a la luz de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de la importancia para el cristiano de entender el lugar del pueblo judío en el plan de la salvación y de la propia encarnación y que la relación con el judaísmo, es una relación intrínseca que pasa por el interior mismo del misterio de la Iglesia.     
Elio Passeto, nds