C I R C U L A R
Nº 189 (Febrero 2011)
Día de la Memoria del Holocausto
El 27 de enero se conmemora internacionalmente, el Día de la Memoria del Holocausto y de la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad. La fecha está cargada de significado ya que el 27 de enero 1945 fue el día en que las tropas soviéticas liberaron el campo de exterminio de Auschwitz.
Como en años anteriores, la Asamblea de Madrid y la Comunidad Judía de Madrid, organizaron el Acto en Recuerdo del Holocausto, este año dedicado a los niños victimas del nazismo.
Presentó el acto D. Diego Carcedo, presidente de la Asociación de Periodistas Españoles, quien dio paso a las palabras de apertura de D.ª Elvira Rodríguez, presidenta de la Asamblea de Madrid. Seguidamente, tuvo lugar el testimonio del Dr. Isaac Revah, superviviente de la Shoah en el campo de Bergen-Belsen. A continuación dirigió unas palabras el Excmo. Sr. D. Raphael Shutz, Embajador de Israel.
Con posterioridad hubo un minuto de silencio en homenaje a las victimas del nazismo y puestos los presentes en pie, Rav Moshé Bendahan, Gran Rabino de España leyó “El Malé Rajamim (Señor Misericordioso).
A continuación se pasó al momento más emotivo del acto, la ceremonia del Encendido de Velas y lectura de testimonios de niños victimas del nazismo por parte de los alumnos del Centro de Estudios Ibn Gabirol, Colegio Estrella Toledano.
Con la banda sonora de la Lista de Schindler de fondo, música intimista y tremendamente emotiva se fueron encendiendo cada una de las seis velas, en memoria del millón y medio de niños que perecieron en la Shoah.
Sentido y emotivo tributo a las victimas del Holocausto transmitiendo una infinita tristeza, que personifica la tristeza de nuestra alma al recordar hechos tan aterradores.
La segunda vela fue encendida por Sor Ionel Mihalovici, fundadora del Centro de Estudios Judeo Cristianos, en homenaje a todos los niños que fueron escondidos en monasterios, orfanatos o casas de familias, salvados por personas que comprendieron el valor de la vida. “Quien salva a una vida salva al mundo entero”.
En el acto también se pudo ver en primicia un trailer de la próxima serie que se estrenará en breve en TV., dedicada al diplomático español Ángel Sanz Briz que contribuyó a salvar la vida de miles de judíos húngaros durante el Holocausto, proporcionándoles pasaportes españoles. Por estos hechos fue reconocido por Israel como «Justo entre las Naciones”.
Seguidamente intervino la Excma. Sra. D.ª Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, que expresó la necesidad de defender la libertad y la dignidad humana y combatir el antisemitismo. Cerró el solemne acto D. Samuel Bengio, presidente de la Comunidad Judía de Madrid.
Entrevista a Eva Bohrer
Mientras Eva llegaba al mundo en un sótano de Budapest, fuera, la ciudad se reducía a escombros bajo las bombas. Era junio de 1944, época en la que los judíos húngaros despertaban obligados a la pesadilla tardía de la persecución. «La gente en Hungría estaba medio convencida de que no pasaría nada porque estaban los ‘flechas negras’ que eran aliados de Hitler» nos cuenta Eva Leitman Bohrer. Pero no fue así «llegó, más tarde, pero llegó».
Persecución y huída. Dos palabras que han sido de las escasas constantes en la existencia de esta mujer, que aún desconoce la respuesta correcta cuando le preguntan de dónde procede al decir sus apellidos.
El primer éxodo lo vivió cuando aún no tenía un año y el acoso a los judíos en la capital húngara dejaba de ser un atisbo para transformarse en una tortura cotidiana.
Su abuela y su tía abuela hicieron de avanzadilla, y huyeron a París en 1943, mientras ella esperaba junto a su madre y su abuelo con la promesa de reunirse en Francia. «Pero cuando ellas llegan a París, está todo lleno de alemanes» relata Eva. «Tuvieron que irse como pudieron». La segunda huida situó a las dos mujeres en España, una casualidad que más tarde le salvaría la vida a la propia Eva.
Entre los 600.000 judíos húngaros que fueron exterminados por la barbarie nazi estaba el padre de Eva. Su rastro se perdió en 1944, y la niña que era entonces nunca lo volvió a ver. Como a sus tíos, sus primos… Todos desaparecieron entre los millones de cadáveres de las alambradas de Auschwitz-Birkenau.
Con los años, ha ido recuperando los débiles retazos de su historia, a través de viejos documentos: «Sé que estuvo en un campo de exterminio, donde eran esclavos. Murió en una de las marchas de la muerte», asegura, mientras sostiene las dolientes pruebas.
En cuanto a su propia historia, Eva tardó muchos años en saber con difusa exactitud qué fue lo que ocurrió. Recuerda que, cuando quisieron reunirse con su abuela en Madrid, ya era demasiado tarde. Los alemanes habían tomado las calles de Budapest, y la ciudad se había convertido en una ratonera, cuya única salida para los judíos conducía al exterminio de los campos.
Vivieron escondidas, temiendo lo peor, hasta que la salvación llegó en forma de sello postal, desde la capital de España: gracias a una carta enviada por su abuela, pudieron acreditar que tenían familiares en nuestro país. Un improvisado salvoconducto que su madre utilizó para ser salvadas por el conocido como el ‘Schlinder español’ el joven diplomático zaragozano Ángel Sanz Briz que salvó la vida de unos 5.200 judíos.
Así, se refugiaron en una de las casas que Sanz Briz había alquilado en Budapest para, aprovechando un subterfugio legal, dar a quienes acreditaran su teórico origen sefardí una licencia que les permitía seguir con vida.
Los meses que pasaron en la casa española las mantuvieron vivas, pero en el recuerdo de la familia pervivían como «una pesadilla, vivíamos hacinados, no había intimidad ninguna». Y tras la casa de Sanz Briz, de nuevo la huida. De allí, se escaparon a Checoslovaquia, saltando a Viena, París… un éxodo perpetuo entre muchas ciudades de la Europa despedazada de la Segunda Guerra Mundial.
Hasta llegar a Madrid. Pero allí no les esperaba su abuela, sino otro giro del destino: había huido a Tánger «ciudad internacional», porque en España «cada día había más alemanes» y eso les provocó un más que comprensible miedo.
En Tánger «se refugiaban muchos judíos, esperando el visado para irse a alguna parte» nos explica. Allí Eva se concienció de quién era su yo oficial, de la condición a la que pertenecía y que le perseguiría siempre: «Todos éramos personas desplazadas, apátridas. Yo fui apátrida hasta los 18 años», recuerda.
Esos tiempos se rellenan en los recuerdos con instantáneas agridulces en el restaurante familiar que establecieron en Tánger. Su madre volvió a casarse y Eva ocupó el hueco de aquél padre que le arrebató el Holocausto.
Años después, de vuelta en Madrid, recuperó su identidad legal, tras no pocos problemas. España aún no había aprobado la convención Nansen de refugiados políticos, lo que suponía «un sello enorme en la primera página del pasaporte que decía ‘No es protegido del Gobierno español’ que me suponía continuas humillaciones cada vez que viajaba».
En aquel Madrid de los cincuenta el día a día tampoco era sencillo: «Eran años duros, en muchos sentidos, porque en esa España tan católica ser judío era ser diferente». De entonces quedan en la memoria, entremezclados, los cuchicheos entre pupitres cuando salía de la clase de religión, y las particularidades de una casa en la que se hablaba español, húngaro, inglés y alemán. O lo extraño que resultaba el bocadillo de pimiento verde que llevaba al colegio. De nuevo el estigma de ser diferente: «No éramos corrientes» evoca Eva. «Un adolescente necesita identificarse con los demás, y yo no tenía referencias. ¿Cómo me iba a sentir igual que todo el mundo?». Ahora, curtida por la vida, relativiza aquel sentir: «Yo me hacía mi propio cine y aceptaba que nuestra vida era diferente».
Por eso es complicado hablar de raíces o de arraigos con Eva. «¿Raíces?» dice, mientras arruga el gesto. «He buscado toda la vida tenerlas. Cuando me instalé aquí me dije ‘¡qué bien, voy a ser española!’. Y voy, y me enamoro de un chico que vive en París. Y me vuelvo a decir: ‘bueno, ya tengo una casa en París, voy a ser francesa’. Voy a crear una familia. Y de repente a mi marido le destinan a Venezuela 12 años», nos cuenta.
La vida de Eva ha sido una constante huida hacia adelante que la ha convertido en la mujer firme y segura que hoy recuerda la escasa infancia que el nazismo le permitió vivir. La desnutrición, la vitamina B12 para engordar, o el dedo acusador en la escuela son cosa del pasado. Gracias a su perseverancia ha llegado hasta aquí.
Y también, gracias al regalo que su padre le hizo al fallecer su madre: los documentos que acreditaban la muerte de su primer padre en el campo de exterminio, el pasaporte español de su abuela…»creo que debes tenerlos, me dijo». «Son la prueba de que lo que me contaba mi madre es verdad» dice con la voz entrecortada.
Después regresa la Eva henchida de seguridad: «He entendido que mis raíces soy yo», sentencia. «Las mías nunca serán como las demás, no están donde me lleve la vida, o en el apego a un sitio. Están en mí». (Libertad Digital)
Monedas del ghetto
En Lodz estuvo el mayor segundo ghetto después del de Varsovia, Cuando las fuerzas alemanas ocuparon Lodz, en septiembre de 1939, la ciudad tenía una población de 672.000 personas, más de un tercio de ellos (233.000) judíos. Lodz fue anexionada directamente a la región Warthegau del Reich y renombrada Litzmannstadt.
Las SS introdujeron «moneda judía» en muchos de los ghettos. Los casos más conocidos son de Theresienstadt (Terezin) y Litzmannstadt (Lodz) El concepto detrás de esta separación fue total, por lo que judíos y los arios no tocarían la misma moneda.
Billetes y monedas se emitieron en el ghetto de Litzmannstadt, firmado en la parte posterior por «M. Rumkowski,» Alteste der Juden (Mayores de los judíos). El billete de 10 Marcos muestra un muro de alambre de púas, en esencia, a partir de una Estrella de David de diseño. Una gran estrella verde de seis puntas aparece en la parte superior izquierda. En el reverso, aparece en la factura de 5 Mark, tiene el mismo fondo, solo con una estrella de seis puntas en la parte superior derecha y la menorá en la parte inferior.
Solo Litzmannstadt emitió monedas. Un lado de la moneda de 10 Marcos muestra una estrella de David con la palabra «ghetto» impuesto sobre el mismo y el año de 1943. La imagen parece estar rodeado de una forma muy unida de alambre de púas. El otro lado dice «Quittung 10 puntos», (10 puntos), mientras que la redacción circular alrededor de la parte exterior se lee: «El Anciano de los Judios en Litzman.
Una historia ejemplar
El anciano baal tokea de la pequeña sinagoga del shtetl ya no podía tocar más el shofar. Había que buscar un sustituto para tocar el Shofar en las Altas Fiestas del pueblo de Israel …
Cuatro candidatos accedieron a la convocatoria. Llegó el primero y procedió a tocar el shofar, ante la atenta escucha del rabino de la comunidad. El sonido fue absolutamente correcto. El rav le dirigió, seguidamente, una pregunta sencilla al candidato, que lo dejó perplejo: «¿En qué pensabas mientras que tocabas el shofar?». El hombre respondió: «Rabi: cuando toco el shofar yo me transporto en el tiempo. Imagino que Avraham mismo me entrega el cuerno del carnero sacrificado en lugar de su hijo, y, entonces, saco las notas que corresponden…».
El rabino recibió al segundo aspirante. Un alumno muy estudioso del judaísmo, padre de hijos pequeños. Tocó el shofar sin errores. El rabino le preguntó: «¿En qué piensas cuando tocas el shofar?». El joven, de inmediato, comenzó a recitar las halajot (leyes) propias del toque del shofar. «¿Todos esos cálculos realizas cuando tocas el shofar?». Si.
Vino el tercer candidato. Sudando y tembloroso, susurró unos versículos para que Dios se apiadara de él. Luego fue su turno de contestar la pregunta del rabino. En realidad, Rabi, me sentí como el Cohén Gadol – el Sumo Sacerdote – al ingresar al Kódesh HaKodashim – el lugar más sagrado del Gran Templo -. Al sonar las tekiot, espero que Dios perdone mis faltas y las de nuestro pueblo. Anhelo que el grito del shofar sea como el humo y el incienso que llegaban al trono celestial».
Llegó el turno del último candidato. Era Mordejái, el pobre carpintero del pueblo. El rabino reiteró, su interrogante. «Rabino, no entiendo lo que me pregunta… ¿Qué quiere decir con qué pienso al tocar el shofar?». El rabino lo tranquilizó: «No te incomodes. Sólo deseo saber qué pasó por tu mente cuando tocaste el shofar».
Mordejái, sonrojado, le confesó al rabino en voz baja: «Usted sabe, rabino, que yo soy un hombre simple. «Pensé en mis cuatro hijas, todas solteras y en edad de casarse, y le rogué a Dios que les depare buenos maridos. No me importa que sean ricos; sólo que sean buenos judíos, comprensivos y amorosos con ellas. También pensé en Rivka, mi mujer, que está algo débil de salud, y en mi hijo Moishe, que llegará a Bar-Mitsvá en unos meses. Y también «le pedí a Dios que este año no me enferme ni que se me rompa ninguna herramienta, ya que no puedo ausentarme de mi trabajo…».
Mordejái no se atrevió siquiera a mirar al rabino. El rabi, secándose sus lágrimas, se aproximó al carpintero, lo besó y abrazó, y le dijo con voz tierna y conmovida: «Ya nuestro shtetl consiguió un nuevo baal tokea. Gracias por ti, hoy mi maestro, Mordejái, y por devolvernos la pureza del sonido del shofar».
La razón de la elección de Mordejái, el carpintero, aparece con una vigorosa evidencia: él recurrió a la ayuda divina en temas en los que él podía ser «socio» de nuestro Creador. Mordejái se preocupó de quienes debían captar su atención: sus hijas; su hijo casi Bar-Mitzvá; la salud de su mujer; su propia salud y su manutención.
Quiera Dios que las notas del Shofar nos recuerden la sociedad que mantenemos con nuestro Creador en la búsqueda de un mundo mejor para los nuestros y para todos.
Placa de homenaje a Jaim Salomón
Hace algún tiempo se erigió una placa de homenaje en la sinagoga de la prestigiosa Academia Militar Americana de West Point, en memoria de Jaim Salomón.
En la época de la independencia americana por el año 1776, este hombre era asesor en economía y colaborador principal para asuntos económicos de George Washington. En los fríos días del invierno de 1777, los soldados del ejército de EEUU se congelaron de frío por falta de abrigo adecuado, y sufrieron hambre por falta de alimentos.
Jaim Salomón se dirigió a la Comunidad Judía de USA, que ya se constituía en algunos miles de familias, y pidió a los judíos de Europa que ayudaran con donaciones de dinero al nuevo Estado.
En memoria a Jaim Salomón y la ayuda del pueblo judío en la creación de la República de los Estados Unidos en su guerra de independencia, decidió Washington destacar su acción de un modo especial.
En el billete de un dólar, hacia el lado derecho se ve que las estrellas sobre la cabeza del águila dibujada en el billete son estrellas de 6 puntas, es decir: estrellas de Maguen David, y en la base del ángulo se halla una “Menorá”, clásico símbolo judío.
Ambos símbolos se incorporaron definitivamente al diseño de la moneda básica de acuerdo a instrucciones precisas de Washington, quien dijo que “el pueblo americano jamás olvidará la ayuda que aportaron los hijos del pueblo judío en los más importantes momentos de la creación de los Estados Unidos de América”.
Fallece el arzobispo que salvó a unos diez mil judíos
El 20 de diciembre falleció a los 98 años de edad el arzobispo Giovanni Ferrofino, nuncio apostólico emérito en Ecuador y Haití, quien salvó a unos 10 mil judíos durante la segunda guerra mundial, como colaborador del Papa Pío XII.
Gary Krupp, judío, fundador de la Pave The Way Foundation (PTWF), surgida en Nueva York, ha explicado que monseñor Ferrofino “fue quizá el testigo presencial más grande en vida de los esfuerzos de Pío XII por salvar vidas de judíos que ha entrevistado nuestra Fundación. “Pío XII le envío como emisario al presidente de Portugal para pedir visas para que judíos pudieran entrar en ese país”.
Monseñor Ferrofino continuó con esta labor de ayuda cuando fue enviado como secretario de la Nunciatura de la República Dominicana. El Vaticano había conseguido viajes trasatlánticos desde Europa, y esto sucedió al menos dos veces al año, pidiendo en total 1600 visitas al año para judíos que escapaban a través de Portugal y España. El arzobispo Ferrofino ayudó también a estos refugiados a emigrar a Cuba, México, Estados Unidos y Canadá. Salvó, bajo las directas instrucciones de Pío XII, a más de 10 mil judíos”. El testimonio en vídeo de monseñor Ferrofino puede verse en la página web: www.ptwf.org
Benedicto XVI se encontró con el rabino Shlomo Riskin
Entre las personas que saludaron al Papa Benedicto XVI, al término de la Audiencia General celebrada el pasado día 13 de enero se encontraba el rabino Shlomo Riskin, presidente del Center for Jewish-Christian Understanding and Cooperation (CJCUC).
El CJCUC es una iniciativa de diálogo interreligioso puesta en marcha por este rabino, miembro del Gran Rabinato de Israel, y que tiene como objetivo ayudar al diálogo teológico y de fe con los cristianos que viven en el país. Riskin, según un comunicado del CJCUC, habló unos momentos con el Papa sobre el trabajo que lleva a cabo este Centro. “Estamos llevando adelante la llamada de Su Santidad de permanecer en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas cristianos en Israel y de abogar por ellos”, explicó el rabino al Papa. “Estamos buscando formas de aliviar las condiciones de pobreza en esta comunidad religiosa, así como oportunidades de diálogo en cuestiones de fe”. Según el comunicado, la respuesta del Papa Benedicto XVI al rabino Shlomo Riskin fue: “tenemos que trabajar juntos”. Para más información: http:// cjcuc.com/site/
Los Lemba
Ahora las investigaciones genéticas muestran que la mayoría de los “kohanim”, la clase sacerdotal judía, desciende de un solo ancestro; constituyendo la confirmación científica de una tradición oral pasada a través de 3000 años.
La conclusión de los investigadores dice que la tradición del sacerdocio judío, o kehunáh, tiene una base genética que apunta a un solo ancestro –posiblemente Aarón. Hay más, la marca genética sacerdotal puede también ser la muestra de la población hebrea antigua, preservada en la kehunah porque es un grupo cerrado: uno puede convertirse al judaísmo pero nunca al sacerdocio. El rastro del gen, en otras palabras, puede llevarnos pasando Aarón a su tatara-tatara… abuelo, Jacob o Israel.
Como si esto fuera poco, los científicos ya han descubierto una comunidad que no forma parte de la corriente judía común, una tribu sudafricana negra llamada Lemba, cuyos miembros exhiben una alta incidencia del cromosoma Kohen. Y así como parece, los Lemba han insistido hace tiempo ya, de que son descendientes de Abraham y se refieren a sí mismo como los “judíos negros” y tienen costumbres que parecen aspectos cercanos a la Halajá.
Mientras tanto, los científicos se mantienen cautelosos cuando discuten acerca de cómo puede usarse el cromosoma kohen. Pero dicen que, aparte de los Lemba, no hay otro grupo no judío que contenga mas de un 5% de incidencia del cromosoma, Por lo tanto dicen que provee pistas, junto con evidencia antropológica y etnográfica de que existe una base para las peticiones de los grupos que dicen ser descendientes de hebreos o tienen algún ancestro judío.
Escondidos en las laderas de las montañas Soutpansberg al norte de Sudáfrica, quedan los restos de una villa Lemba. Con el fin del Apartheid, la comunidad Lemba ha intentado restaurar su villa y crear una sinagoga en su centro. “Habrá un museo, una biblioteca, una escuela y un centro de iniciación, porque creemos en la circuncisión de nuestros hijos”. Los varones Lemba llevan a cabo la ceremonia del Brit, cuando son adolescentes después de aprender los secretos tribales.
Según la tradición oral de Lemba, ellos son descendientes de Abraham, una tribu perdida que emigró al Yemen hace 2500 años y luego bajó siguiendo una estrella hacia el este de la costa de Africa, asentándose finalmente en lo que es hoy Zimbawe y Sudáfrica. Hoy, se estima que hay unos 50.000 a 70.000 Lembas en los dos países.
Entre quienes están entusiasmados hay cierta corriente de orgullo puesto que el linaje kohen, de aquellos que probaron tener el cromosoma Y, los liga al mantenimiento de la promesa hecha a Dios. Los mismos dicen que registros de kohanim como los que se están haciendo ahora, existían también en la época del Sanedrín. Pero los más ortodoxos insisten que lo que determina el status sacerdotal es la tradición y no la genética.
Encontrada la tumba de Zacarías
Arqueólogos israelíes dejaron a la vista las ruinas de una basílica de la época bizantina descubierta recientemente, en un sitio donde podría estar la tumba del profeta bíblico Zacarías. La iglesia, cuyos mosaicos del suelo están bien conservados, fue descubierta en Hirbet Midras, sitio de una comunidad judía de la era romana, en el centro del país. La nave de la basílica tiene ocho pilares de mármol, los mosaicos están decorados con motivos florales, de animales, en especial pájaros, y geométricos.
Bajo el edificio hay una segunda capa de mosaicos de ese periodo y más abajo, una red de grutas donde podría estar la tumba de Zacarías. Los investigadores consideran que es el lugar de residencia y de la tumba de Zacarías, hipótesis que todavía debe ser verificada. El sitio de Hirbet Madras albergó a una importante comunidad judía en la época de la revuelta de Bar Kokhba, jefe del último levantamiento judío contra el imperio romano. Las excavaciones hicieron posible exhumar un “complejo subterráneo” y los restos de edificios de esa época, habitaciones e instalaciones para el agua, así como grutas y túneles donde podrían haberse escondido los rebeldes judíos.
Los arqueólogos encontraron en el lugar monedas judías, lámparas y cerámica de los dos primeros siglos después de Cristo. Conocido por su libro, Zacarías es el número 11 de los 12 profetas menores de la Biblia y podría haber vivido hacia el año 515 a.C.
Fiesta de la Congregación de Nuestra Señora de Sión
El 20 de enero todos los amigos nos hemos reunido para celebrar, como todos los años, la gran fiesta de Ntra. Sra. de Sión. Una Misa celebrada por D. Isaías Barroso nos reunió alrededor del Altar. Queremos agradecer la participación del Padre Teófilo Moldován y la presencia de su esposa D.ª Lucrecia. Al finalizar la Eucaristía comenzó una convivencia fraternal en la que todos estábamos contentos de volver a encontrarnos mientras compartíamos el aperitivo preparado como siempre para alegrar este encuentro. Nos despedimos esperando reencontrarnos más a menudo.
Información del CEJC
El curso se reinició el 12 de enero con la intervención de la Dra. Amparo Alba que habló de Guershon Sholen y la Kabala. Las conferencias de la segunda parte del curso darán comienzo el día 16 de febrero, las personas que estén interesadas pueden dirigirse al Centro para matricularse.
El Hno. Elio Passeto, superior del Instituto Ratisbonne de Jerusalén llegó a Madrid y el día 9 dio su conferencia: El movimiento Habad, y se quedó algunos días mas para trabajar en el Centro.
El Dr. Abrahan Haim estuvo en España donde dio diferentes conferencias en varias ciudades del país; visitó nuestro Centro donde el próximo día 23 de febrero dará la conferencia Las comunidades orientales en Israel.