Circular nº 2010 Abril-Junio 2017
La Circular de este trimentre se acerca a los siguientes temas
Circular nº 209: Enero-Marzo 2017
La Circular de este trimestre se acerca a los siguientes temas:
• La Junta Directiva del ICCJ se reunió en Chile junto con la delegación hispano-americana.
• Polacos no judíos usan kipá para protestar contra el antisemitismo.
• El patriarca Kiril y la guerra contra el terrorismo.
• La nieta de un nazi cuida a un superviviente de la Shoah.
• “La extrema derecha y la izquierda radical no difieren en antisemitismo”.
• Incluyen a Israel entre las naciones más influyentes del mundo.
• Cristianos asesinados en la península de Sinaí.
• Mons. Osoro toma posesión de su iglesia en Roma como cardenal.
• Judíos dan la llave de su sinagoga a musulmanes tras el incendio de su mezquita.
• Condenan a hombres que robaban en iglesias para la yihad.
• Tecnología israelí 3D ayuda a cirujanos a separar siameses.
• Reabren el Santo Sepulcro en Jerusalem.
• IN MEMORIAM: Joseph Bohrer (Z”L”) y P. Jesús Álvarez.
• Noticias del Centro.
Adjuntamos invitación para el Acto de Clausura del Curso 2016-2017 que tendrá lugar a las 19:30 horas del día 23 de mayo en el Salón de Actos de la Parroquia de San Juan Crisóstomo (c/Doménico Scarlatti, 2).
La lección magistral será impartida por el Doctor Elio Passeto, Director del Instituto Ratisbonne de Jerusalem, y llevará por título “Consecuencias teológicas para los cristianos de los avances de la enseñanza de la Iglesia sobre el judaísmo”. Presidirán el acto el Excmo. y Rvdmo. Monseñor Carlos Osoro Sierra, Cardenal Arzobispo de Madrid, y el Sr. D. Isaac Querub Caro, Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España.
Esperamos vuestra asistencia y recordamos que es imprescindible confirmar la asistencia, antes del día 15 de mayo, enviando un correo electrónico a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o en el teléfono 915431251.
Como todos los años, el CEJC organiza una excursión para conocer el pasado sefardí de alguna de nuestras ciudades, y profundizar así en cómo se desarrolló la convivencia judeo-cristiana en el pasado.
Este año visitaremos Toro y Zamora. Ambas poblaciones tienen un patrimonio artístico y monumental románico y gótico de gran valor, sin olvidar que contaron con importantes aljamas que dejaron su poso en la cultura medieval. Pueden informarse de los pormenores del viaje en el programa adjunto.
Si están interesados, rogamos atiendan los plazos de inscripción.
Para cualquier consulta, no duden en contactar con la Secretaría del Centro, por mail, teléfono o FB en su perfil (CEJC Secretaría)
Esperamos que sea de su interés, saludos cordiales!!
Los representantes de las confesiones religiosas que tienen firmados acuerdos con el Estado Español, es decir, católicos, judíos, evangélicos y musulmanes, han firmado un comunicado conjunto para denunciar públicamente las ofensas contra los sentimientos religiosos, haciendo referencia explícita a la versión sexual del Padrenuestro recitada por la poetisa Dolors Miquel durante los Premios Ciudad de Barcelona.
"La entrega de premios Ciudad de Barcelona de este año, con una pretendida finalidad poética, ofreció a los asistentes una recitación que, más allá de la provocación y el mal gusto, incurre en ofensas gratuitas a los sentimientos religiosos de diversas comunidades de creyentes de nuestro país. Este es un triste episodio más, que se une a otros también ofensivos para los creyentes, y que reclaman nuestra denuncia pública", declaran.
Los firmantes de este comunicado son el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo; el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), Isaac Querub; el secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), Mariano Blázquez y el presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), Riay Tatary.
Todos ellos se han unido para transmitir un mensaje de "respeto" a todos los creyentes de toda confesión, y de "rechazo a las ofensas públicas contra los sentimientos religiosos" de los "convecinos", para una convivencia "respetuosa y hermanada".
Además, recuerdan que en España, los sentimientos religiosos gozan de protección, a la par que se garantiza la libertad de expresión "con el límite constitucional del respeto a los demás derechos y libertades, como es la libertad religiosa".
"Las diversas comunidades religiosas de nuestro país trabajamos por la convivencia armoniosa y productiva entre conciudadanos de toda convicción, ejerciendo plenamente su derecho a la libertad de expresión sin herir los sentimientos de los demás", subrayan.
En un histórico documento firmado por más de dos mil rabinos se afirma: “Creemos que Dios emplea muchos mensajeros para revelar su verdad”.
Más de dos mil rabinos ortodoxos han decidido firmar un documento en el que reconocen que el cristianismo es “parte del plan de Dios para la humanidad” ya que “Dios emplea muchos mensajeros para revelar su verdad”.
El documento ha sido redactado por 25 destacados rabinos ortodoxos de Israel, Estados Unidos y Europa, según información del rabino David Rosen, director de Asuntos Interreligiosos del American Jewish Committee.
Es la primera vez en dos mil años que los judíos hacen un reconocimiento de este tipo a la religión cristiana. El documento, que lleva por título “Hacer la voluntad de nuestro Padre en el cielo: hacia una asociación entre judíos y cristianos”, afirma que judíos y cristianos tienen “una misión común, basada en la Alianza, para perfeccionar el mundo bajo la soberanía del Todopoderoso” ya que “ninguno de nosotros puede llevar a cabo la misión de Dios en este mundo por separado”.
Los rabinos ortodoxos reconocen de esta manera que ambas confesiones deben trabajar juntas sin que esta “asociación” minimice “de ninguna manera las diferencias entre las dos comunidades y las dos religiones”. Los judíos sostienen, asimismo, en su declaración: “Creemos que Dios emplea muchos mensajeros para revelar su verdad”.
Durante una rueda de prensa en el Vaticano junto al cardenal Kurt Koch, el rabino David Rosen subrayó que el nuevo documento elaborado por la Santa Sede sobre las relaciones entre judíos y cristianos revela no sólo los avances en las directrices propuestas por el documento del Concilio Vaticano II Nostra Aetate de apreciar y respetar la autocomprensión judía sino también un profundo reconocimiento del lugar de la Toráen la vida del pueblo judío.
Para leer el texto íntegro:
Cincuenta años después de la declaración conciliar, Nostra Aetate, se subrayan las óptimas relaciones fraternas, si bien se indican las dificultades y avances en materia teológica.
(ZENIT)
Un nuevo documento sobre las relaciones del cristianismo con el judaísmo ha sido presentado este jueves en la Sala de prensa de la Santa Sede que el director de la oficina de prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi calificó de “particularmente importante”.
El nombre del documento es: “Por qué los dones y el llamado de Dios son irrevocables. Reflexiones sobre temas teológicos sobre las relaciones católico-judías en ocasión del 50 aniversario de Nostra Aetate”, y ha sido presentado por el cardenal Kurt Koch, presidente de la Comisión para las relaciones religiosas con el judaísmo.
Participaron también en la presentación, el secretario de dicha comisión, el padre Norbert Hofmann, S.D.B.; el rabino David Rosen, director del International Director of Interreligious Affairs, American Jewish Committee (AJC), Jerusalem (Israel); y el director y fundador del británico Woolf Institute, Cambridge.
El documento en sus siete puntos, indicó el purpurado, “no da definiciones doctrinales definitivas”, y “ni es un documento oficial del Magisterio de la Iglesia, sino un documento de estudio de nuestra Comisión, que intenta profundizar la dimensión teológica del diálogo judío-católico”.
Recordó también que otros tres documentos fueron publicados después de Nostra Aetate: en 1974, “Orientaciones y sugerencias para la aplicación de la declaración Conciliar Nostra Aetate; en 1985, “Sobre una correcta presentación de los judíos y del judaísmo en la predicación en la catequesis de la Iglesia católica”; y en 1998, “Nosotros recordamos, una reflexión sobre la Shoah”.
El documento en su primera sección, expone la historia del diálogo judío-católico en los últimos cincuenta años. “De la contraposición de una vez se ha pasado a una positiva colaboración”.
En la segunda sección reitera un concepto ya conocido: el cristianismo deriva del judaísmo. “La diferencia de fondo entretanto del hebraísmo y del cristianismo consiste en el modo en el cual se considera que es necesario evaluar la figura de Jesús. Los judíos pueden ver a Jesús como un perteneciente a su pueblo, un maestro. Los judíos pueden ver a Jesús como un maestro judío que predicaba el reino de Dios. El hecho que el Reino de Dios haya venido con él como representante de Dios está fuera del horizonte hebraico de la espera mesiánica”. Por lo tanto el diálogo judío-cristiano más que interreligioso debería llamarse intrareligioso, o intrafamiliar.
En la tercera sección se aborda la revelación en la historia como ‘Palabra de Dios’, que los judíos identifican en la Torah; y para los cristianos ésta se encarna en Jesucristo.
La cuarta sección trata la relación entre el Antiguo y Nuevo Testamento, entre la Antigua y Nueva Alianza. Porque el Antiguo testamento es parte integrante de la única Biblia cristiana, que da un sentido de pertenencia y relación entre judaísmo y cristianismo.
“Ciertamente -prosiguió el cardenal- los cristianos interpretan las escrituras del Antiguo Testamento de manera diferente de los judíos, porque el evento de Cristo representa para ellos la nueva llave de interpretación para entenderlos”.
En la quinta sección entra un tema espinoso: cómo los judíos son salvados si no creen explícitamente en Jesús como Mesías de Israel e Hijo de Dios. “El hecho de que los judíos tengan parte en la salvación de Dios es teológicamente fuera de discusión, pero cómo sea posible sin una confesión explícita de Cristo queda un misterio divino e insondable”, indicó el purpurado.
La sexta sección, trata sobre la actitud de los cristianos por lo que se refiere a la evangelización hacia los judíos, señaló el presidente de la Comisión para las relaciones religiosas con el judaísmo, precisando que “la Iglesia católica no conduce ni anima ninguna misión institucional específica dirigida a los judíos” si bien “los cristianos están llamados a dar testimonio de su fe en Jesucristo también delante de los judíos” pero “con humildad y sensibilidad, reconociendo que los judíos son portadores de la palabra de Dios y teniendo presente la gran tragedia de la Shoah”.
En la séptima sección, desde el punto de vista católico se indican los objetivos de éste diálogo “que nunca fueron expresados en un documento de manera tan explícita”. El principal objetivo es conocerse y apreciarse, si bien está la colaboración en el campo de la exégesis; en el empeño común a favor de la justicia y de la paz; en el cuidado de la creación; en la reconciliación en todo el mundo. Y también concretizarse en la esfera social: “porque sea la ética judía que la cristiana comprenden el imperativo de asistir a los pobres, a los débiles y a los enfermos”.
Y en la formación de las nuevas generaciones, pone como objetivo “la lucha común contra toda manifestación de discriminación racial hacia los judíos y toda forma de antisemitismo”.
“Con esta nueva panorámica –concluyó el cardenal Koch– el diálogo con el hebraísmo después de cincuenta años se apoya ahora sobre un sólido terreno, porque mucho ha sido realizado en este arco de tiempo”.
Respondiendo a las preguntas, el cardenal indicó que la beatificación de Pio XII es algo interno de la Iglesia católica, y el papa Francisco está muy de acuerdo con abrir los archivos sobre ese período histórico.
El padre Hofmann, por su parte, reiteró que este largo trabajo que hoy está maduro es un texto católico desde la perspectiva católica, así como espera que hagan los amigos judíos.
Para leer el texto íntegro:
Misa en la Centro de Estudios Judeo-Cristianos en la festividad de la Congregación de Nuestra Señora de Sión
28 de octubre de 2015 Plaza de San Pedro Audiencia Interreligiosa
Texto de la catequesis del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas buenos días,
En las Audiencias generales hay a menudo personas o grupos pertenecientes a otras religiones; pero hoy esta presencia es del todo particular, para recordar juntos el 50º aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano II Nostra aetate sobre las relaciones de la Iglesia Católica con las religiones no cristianas. Este tema estaba fuertemente en el corazón del beato Papa Pablo VI, que en la fiesta de Pentecostés del año anterior al final del Concilio había instituido el Secretariado para los no cristianos, hoy Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Expreso por eso mi gratitud y mi calurosa bienvenida a personas y grupos de diferentes religiones, que hoy han querido estar presentes, especialmente a quienes vienen de lejos.
El Concilio Vaticano II ha sido un tiempo extraordinario de reflexión, diálogo y oración para renovar la mirada de la Iglesia Católica sobre sí misma y sobre el mundo. Una lectura de los signos de los tiempos en miras a una actualización orientada a una doble fidelidad: fidelidad a la tradición eclesial y fidelidad a la historia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. De hecho Dios, que se ha revelado en la creación y en la historia, que ha hablado por medio de los profetas y completamente en su Hijo hecho hombre (cfr Heb 1,1), se dirige al corazón y al espíritu de cada ser humano que busca la verdad y los caminos para practicarla.
El mensaje de la Declaración Nostra aetate es siempre actual. Recuerdo brevemente algunos puntos:
• La creciente interdependencia de los pueblos ( cfr n. 1);
• La búsqueda humana de un sentido de la vida, del sufrimiento, de la muerte, preguntas que siempre acompañan nuestro camino (cfr n.1);
• El origen común y el destino común de la humanidad (cfr n. 1);
• La unicidad de la familia humana (cfr n. 1);
• Las religiones como búsqueda de Dios o del Absoluto, en el interior de las varias etnias y culturas (cfr n. 1);
• La mirada benévola y atenta de la Iglesia sobre las religiones: ella no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de bello y verdadero (cfr n. 2);
• La Iglesia mira con estima los creyentes de todas las religiones, apreciando su compromiso espiritual y moral (cfr n. 3);
• La Iglesia abierta al diálogo con todos, y al mismo tiempo fiel a la verdad en la que cree, por comenzar en aquella que la salvación ofrecida a todos tiene su origen en Jesús, único salvador, y que el Espíritu Santo está a la obra, fuente de paz y amor.
Son tantos los eventos, las iniciativas, las relaciones institucionales o personales con las religiones no cristianas de estos últimos cincuenta años, y es difícil recordar todos. Un hecho particularmente significativo ha sido el Encuentro de Asís del 27 de octubre de 1986. Este fue querido y promovido por san Juan Pablo II, quien un año antes, es decir hace treinta años, dirigiéndose a los jóvenes musulmanes en Casablanca deseaba que todos los creyentes en Dios favorecieran la amistad y la unión entre los hombres y los pueblos (19 de agosto de 1985). La llama, encendida en Asís, se ha extendido en todo el mundo y constituye un signo permanente de esperanza.
Una especial gratitud a Dios merece la verdadera y propia transformación que ha tenido en estos 50 años la relación entre cristianos y judíos. Indiferencia y oposición se transformaron en colaboración y benevolencia. De enemigos y extraños nos hemos transformado en amigos y hermanos. El Concilio, con la Declaración Nostra aetate, ha trazado el camino: “si” al redescubrimiento de las raíces judías del cristianismo; “no” a cualquier forma de antisemitismo y condena de todo insulto, discriminación y persecución que se derivan. El conocimiento, el respeto y la estima mutua constituyen el camino que, si vale en modo peculiar para la relación con los judíos, vale análogamente también para la relación con las otras religiones. Pienso en particular en los musulmanes, que -como recuerda el Concilio- «adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y omnipotente, creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres» (Nostra aetate, 5). Ellos se refieren a la paternidad de Abraham, veneran a Jesús como profeta, honran a su Madre virgen, María, esperan el día del juicio, y practican la oración, la limosna y el ayuno (cfr ibid).
El diálogo que necesitamos no puede ser sino abierto y respetuoso, y entonces se revela fructífero. El respeto recíproco es condición y, al mismo tiempo, fin del diálogo interreligioso: respetar el derecho de otros a la vida, a la integridad física, a las libertades fundamentales, es decir a la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión.
El mundo nos mira a nosotros los creyentes, nos exhorta a colaborar entre nosotros y con los hombres y las mujeres de buena voluntad que no profesan alguna religión, nos pide respuestas efectivas sobre numerosos temas: la paz, el hambre, la miseria que aflige a millones de personas, la crisis ambiental, la violencia, en particular aquella cometida en nombre de la religión, la corrupción, el degrado moral, la crisis de la familia, de la economía, de las finanzas y sobre todo de la esperanza. Nosotros creyentes no tenemos recetas para estos problemas, pero tenemos un gran recurso: la oración. Y nosotros creyentes rezamos, debemos rezar. La oración es nuestro tesoro, a la que nos acercamos según nuestras respectivas tradiciones, para pedir los dones que anhela la humanidad.
A causa de la violencia y del terrorismo se ha difundido una actitud de sospecha o incluso de condena de las religiones. En realidad, aunque ninguna religión es inmune del riesgo de desviaciones fundamentalistas o extremistas en individuos o grupos (cfr Discurso al Congreso EEUU, 24 de septiembre de 2015), es necesario mirar los valores positivos que viven y proponen y que son fuentes de esperanza. Se trata de alzar la mirada para ir más allá. El diálogo basado sobre el confiado respeto puede llevar semillas de bien que se transforman en brotes de amistad y de colaboración en tantos campos, y sobre todo en el servicio a los pobres, a los pequeños, a los ancianos, en la acogida de los migrantes, en la atención a quien es excluido. Podemos caminar juntos cuidando los unos de los otros y de lo creado. Todos los creyentes de cada religión. Juntos podemos alabar al Creador por habernos dado el jardín del mundo para cultivar y cuidar como bien común, y podemos realizar proyectos compartidos para combatir la pobreza y asegurar a cada hombre y mujer condiciones de vida dignas.
El Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que está delante de nosotros, es una ocasión propicia para trabajar juntos en el campo de las obras de caridad. Y en este campo, donde cuenta sobretodo la compasión, pueden unirse a nosotros tantas personas que no se sienten creyentes o que están en búsqueda de Dios y de la verdad, personas que ponen al centro el rostro del otro, en particular el rostro del hermano y de la hermana necesitados. Pero la misericordia a la cual somos llamados abraza a todo el creado, que Dios nos ha confiado para ser cuidadores y no explotadores, o peor todavía, destructores. Debemos siempre proponernos dejar el mundo mejor de como lo hemos encontrado (cfr Enc. Laudato si’, 194), a partir del ambiente en el cual vivimos, de nuestros pequeños gestos de nuestra vida cotidiana.
Queridos hermanos y hermanas, en cuanto al futuro del diálogo interreligioso, la primera cosa que debemos hacer es rezar. Y rezar los unos por los otros, somos hermanos. Sin el Señor, nada es posible; con Él, ¡todo se convierte! Que nuestra oración pueda, cada uno según la propia tradición, pueda adherirse plenamente a la voluntad de Dios, quien desea que todos los hombres se reconozcan hermanos y vivan como tal, formando la gran familia humana en la armonía de la diversidad. Gracias.
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