Discurso del Papa Francisco
El Papa Francisco al Comité Judío de Estados Unidos:
ACTUEMOS JUNTOS POR UN MUNDO MAS JUSTO Y FRATERNO
El 13 de febrero, a las 11.30 en la sala del Consistorio, el Santo Padre recibió a la delegación del American Jewish Commitee, el Comité Judío Estadounidense. En su discurso Francisco agradeció la labor que este comité ha realizado en el curso de los años “una valiosa contribución al diálogo - dijo - y a la fraternidad entre hebreos y cristianos”. El Papa recordó que el próximo año se conmemorará el quincuagésimo aniversario de la declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II, "que constituye" – afirmó – “aún hoy para la Iglesia el punto de referencia imprescindible para las relaciones con nuestros hermanos mayores”.
Junto al diálogo, subrayó el Obispo de Roma, es importante destacar que hebreos y cristianos “pueden actuar juntos para la construcción de un mundo más justo y fraterno” y “en modo particular” - destacó - “el común servicio a favor de los pobres, emarginados y sufrientes”. Deber, dijo el Papa, que nos ha confiado Dios y que se funda en las Sagradas Escrituras.
Francisco recordó además la importancia de transmitir a las nuevas generaciones “el patrimonio de conocimiento recíproco, de estima y de amistad construido en estos años gracias también al empeño de asociaciones como la vuestra”. Por ello, dijo, “espero que el tema de las relaciones con el hebraísmo se mantenga vivo en los seminarios y centros de formación de los laicos católicos y así como confío también que, en las comunidades judías, crezca el interés por el conocimiento del cristianismo".
Finalmente, recordando su próximo viaje a Jerusalén, el Santo Padre pidió que oren por él “para que este viaje dé frutos de comunión, esperanza y paz”.
EVANGELII GAUDIUM
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA
DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
A LOS OBISPOS
A LOS PRESBÍTEROS Y DIÁCONOS
A LAS PERSONAS CONSAGRADAS
Y A LOS FILES LAICOS
SOBRE
EL ANUNCIO DEL EVANGELIO
EN EL MUNDO ACTUAL
247. Una mirada muy especial se dirige al pueblo judío, cuya Alianza con Dios jamás ha sido revocada, porque «los dones y el llamado de Dios son irrevocables» (Rm 11,29). La Iglesia, que comparte con el Judaísmo una parte importante de las Sagradas Escrituras, considera al pueblo de la Alianza y su fe como una raíz sagrada de la propia identidad cristiana (cf. Rm 11,16-18). Los cristianos no podemos considerar al Judaísmo como una religión ajena, ni incluimos a los judíos entre aquellos llamados a dejar los ídolos para convertirse al verdadero Dios (cf. 1 Ts 1,9). Creemos junto con ellos en el único Dios que actúa en la historia, y acogemos con ellos la común Palabra revelada.
248. El diálogo y la amistad con los hijos de Israel son parte de la vida de los discípulos de Jesús. El afecto que se ha desarrollado nos lleva a lamentar sincera y amargamente las terribles persecuciones de las que fueron y son objeto, particularmente aquellas que involucran o involucraron a cristianos.
249. Dios sigue obrando en el pueblo de la Antigua Alianza y provoca tesoros de sabiduría que brotan de su encuentro con la Palabra divina. Por eso, la Iglesia también se enriquece cuando recoge los valores del Judaísmo. Si bien algunas convicciones cristianas son inaceptables para el Judaísmo, y la Iglesia no puede dejar de anunciar a Jesús como Señor y Mesías, existe una rica complementación que nos permite leer juntos los textos de la Biblia hebrea y ayudarnos mutuamente a desentrañar las riquezas de la Palabra, así como compartir muchas convicciones éticas y la común preocupación por la justicia y el desarrollo de los pueblos.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en la clausura del Año de la fe, el 24 de noviembre, Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, del año 2013, primero de mi Pontificado.
FRANCISCUS