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En el marco del 50 aniversario de la Declaración Nostra Aetate, que supuso un giro crucial en la relación entre la Iglesia católica y las demás confesiones, la Comunidad Judía de Madrid organizó el martes 23 de junio, un encuentro para denunciar la persecución que sufren a diario los cristianos en Oriente Medio y África

El presidente de la Comunidad Judía de Madrid, David Hatchwell, mostró su alegría por albergar este encuentro de apoyo a la comunidad cristiana: “Los judíos y los cristianos compartimos valores troncales, por eso tenemos que ayudarnos en los momentos de sufrimiento. Y el pueblo judío no es indiferente al sufrimiento de otros seres humanos. Condenamos a los gobiernos que amparan a terroristas fanáticos, condenamos a todas las personas que odian a los demás por motivos raciales o religiosos y exigimos a nuestro gobierno y responsables políticos de la Unión Europea que proclamen su rechazo absoluto a estos terribles ataques. Que no reciban a regímenes como el iraní que amenaza con aniquilar a otros seres humanos por el hecho de ser diferentes. Y que no apoyen supuestos intentos de deslegitimar a Israel. El único lugar de Oriente Medio donde aumenta el número de cristianos es Israel, el único estado de la región donde la Ley ampara a las minorías”

El Sr. Hatchwell recogió las palabras del Papa en Turín acerca de “por qué los países occidentales no bombardearon las líneas de ferrocarril que se dirigían a Auschwitz. Que no se repita la tragedia y que luchemos por los desamparados.
Los judíos conocemos el significado de las persecuciones, expulsiones, torturas y muerte y declaramos nuestra solidaridad con la población cristiana y todas las minorías perseguidas".
Monseñor Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, recordó la semblanza de su antecesor en el cargo en Valencia, Marcelino Olaechea, que contribuyó a la salvación de judíos durante la II Guerra Mundial. Monseñor Osoro ha elogiado el bellísimo momento de dar las gracias a Dios juntos, cristianos y judíos. Al finalizar su intervención resaltó: “Somos imágenes de Dios, y una imagen de Dios no se rompe, no se elimina, sino que hay que respetarla, porque Dios nos ha pedido que la respetemos”
El Gran Rabino Moshé Bendahán dirigió una oración por la elevación de las almas de todos los cristianos asesinados en Oriente Medio y África y recordó que "el que asesina a un ser humano destruye generaciones enteras, igual que quien salva a un ser humano salva a generaciones enteras".
Durante el acto dos personas cristianas dieron testimonio de la persecución y la discriminación. El padre ortodoxo griego Gabriel Nadaf aseguró que “en un momento en el que el mundo nos da la espalda, el estado de Israel es el único lugar seguro para los cristianos. Nuestro destino, judíos y cristianos es común" y el profesor Raad Salam Naaman, cristiano católico caldeo iraquí hizo referencia a su experiencia de discriminaciones constantes dentro de su país por pertenecer a la minoría cristiana denunciando que "los musulmanes tiene todos los derechos en Occidente pero nosotros, en nuestro propio país, no podemos profesar libremente nuestra religión”.
Javier Cremades, presidente de la Fundación Madrid Vivo, consideró significativo que el homenaje a los cristianos perseguidos se celebre en un templo judío. Resaltó que los discursos religiosos cristianos y judíos son idénticos, ambos buscan los mismos valores y el respeto hacia los seres humanos.

Mayte Rodríguez
, por el Centro de Estudios Judeo Cristiano, agradeció la iniciativa de la Comunidad Judía de Madrid, afirmando que "resulta especialmente emotiva esa cercanía y sensibilidad cuando hace tan solo 70 años, nosotros, los cristianos no tuvimos la misma comprensión. La Declaración Nostra Aetate supuso un giro radical en las relaciones entre judíos y católicos que se mantienen y se han fortalecido en estos años. Con este acto cumplimos las palabras que el Papa Francisco pronunció ante los Grandes Rabinos en su visita a Israel en 2014 cuando aseguró que juntos podemos dar una gran contribución a la causa de la paz; juntos podemos dar testimonio en un mundo que cambia rápidamente el significado eterno del plan divino de la creación; juntos podemos luchar con firmeza contra toda forma de antisemitismo y otras formas de discriminación". Destacó que “hoy podemos experimentar el respeto mutuo y la apertura de espíri tu entre las dos comunidades y ser testigos de Dios en el mundo, y ambas afirmamos que no hay nada que justifique hacer sufrir al prójimo ni permanecer pasivos cuando el prójimo está sufriendo (…) el combate contra la intimidación religiosa y el brutal fanatismo debe ser la tarea común de judíos y cristianos”. Y continuó diciendo: “Este encuentro de hoy demuestra que hay un soplo de esperanza. Vemos que la Comunidad Judía de Madrid, junto con la Iglesia de Madrid, se muestran sensibles a los sufrimientos del mundo cristiano”
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