MiéFeb17

El pasado sábado día 13 de febrero tuvo lugar en Madrid una concentración de personas reunidas para realizar un acto de homenaje a la División Azul. En un vídeo difundido por la revista digital La Marea puede verse a una mujer que, rodeada de una multitud que portaba símbolos neofascistas y nazis, dio una proclama en la que afirmó que “el enemigo siempre va a ser el mismo aunque con distintas máscaras: el judío.” Y añade: “Porque nada más certero que esta afirmación: el judío es el culpable, el judío es el culpable y la División Azul luchó por ello”.

En este sentido, el Centro de Estudios Judeo-Cristianos, como institución eclesiástica dedicada a dar a conocer las raíces judías del cristianismo y a promover el diálogo entre ambas confesiones, repudia del modo más enérgico el acto del pasado sábado. Resulta inverosímil y al mismo tiempo aborrecible que en pleno siglo XXI se reproduzcan escenas y prejuicios propias de hace poco menos de un siglo, con un vocabulario dogmático e irracional dirigido a los instintos más primarios del ser humano y que de modo desgraciadamente eficaz fue manejado por el nazismo.

No obstante, no podemos dejar de recordar que el pasado día 23 de diciembre fue profanado el cementerio judío de Madrid con pintadas alusivas al período nazi, y que la escalada en el antisemitismo es una realidad cada vez más latente. Relativizarlo, o desviar la mirada, solo animará a los perpetradores. Independientemente de la labor de formación y educación en valores y libertades en la que hemos de seguir profundizando, hemos de dar una respuesta firme y sin ambages, con todo el imperio de la ley, a todos aquellos que pretenden sembrar la semilla del odio, abusando de la libertad que nos garantiza el estado de derecho.

Si algo pudiera empeorar ese escenario, fue la intervención en el mismo de un sacerdote, identificado por el diario Religión Digital como Javier Utrilla, miembro de la Hermandad de San Pío X, y que, con su presencia, avaló el acto y lo que allí se dijo. Si bien la Hermandad no está bajo la jurisdicción de la Iglesia Católica, ha de destacarse que ésta, a través de sus documentos y confirmada por los Papas después del Concilio Vaticano II, rechaza absolutamente esta actitud detestable. El antisemitismo es absolutamente contrario a las enseñanzas de la Iglesia y a su misma identidad, porque nuestro Señor Jesús nació, vivió y murió como judío, y porque las raíces cristianas beben necesariamente del judaísmo (Romanos, 11).

El Centro de Estudios Judeo-Cristianos comparte el dolor e indignación de nuestros hermanos judíos y confía en que estos actos no queden impunes.

Mayte Rodríguez 

Directora Ejecutiva

Volver